Matilla de Arzón

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Vistas del municipio de Matilla de Arzón desde las dehesas junto a La Mata -al otro lado del rio Esla-.

viernes, 18 de octubre de 2019

LOS PENDONES RENACEN DE SUS CENIZAS EN TIERRA DEL ANTIGUO REINO DE LEON


LOS PENDONES

Resurgir de los pendones de León. Una de las convocatorias de exaltación


             Se denomina pendones concejiles leoneses a las banderas que representan a las localidades en fiestas y romerías, tanto civiles como religiosas.*
*Entre los siglos XI y XIII un pendón era una bandera militar que ondeaba sobre una lanza, pero con el tiempo empezó a colgar de un mástil.
            En la actualidad, los pendones leoneses son insignias propias de los concejos, pero muy ligados con las parroquias, en ocasiones se relacionan en los inventarios de éstas y sólo salen a la calle con motivo de representación en procesiones religiosas o manifestaciones folklóricas, habiéndose perdido el sentido civil y militar de los mismos

            Hacia el siglo XVII, debido a su tamaño, serían inútiles para las acciones de guerra, por lo que adquirirían únicamente funciones representativas y ceremoniales. Su carácter era en origen civil, identificando a las comunidades (en representación del poder local), pero su uso también se integró en celebraciones religiosas, como romerías y rogativas. Es en ese momento, entre los siglos XVI y XVIII, cuando se documenta el mayor número de contratos para la fabricación de pendones.
Durante el siglo XIX, debido a las funciones administrativas y representativas adquiridas por diputaciones y ayuntamientos, los concejos perdieron importancia, y con ellos los pendones. Asimismo desaparecieron buena parte de las celebraciones religiosas que tenían lugar y en las cuales participaba el pendón concejil, por lo que entraron en desuso y muchos de ellos se perdieron. **

            A partir del siglo XV y, debido a la existencia de entidades religioso-militares, Ordenes Militares y Cofradías de Caballeros, que usaban pendones militares en sus procesiones, estos elementos militares (los pendones) se empiezan a mezclar con los religiosos (procesiones).
            Además, en los pueblos se celebraban procesiones cuya organización y coste correspondía a los concejos, actuales Juntas Vecinales, o a las Cofradías que asistían con los pendones a la bendición de los campos, Corpus Christi, votos de Villa por sequías, enfermedades y pestes, rogativas y anovenarias por acontecimientos o implorando lluvia, romerías, fiestas patronales.
            La religión cristiana en su extensión por el mundo ha aceptado algunos elementos paganos, como es el caso de estos estandartes que se cristianizan con la colocación de una cruz en el remate de las astas, aunque no se consiguió colocar a los pendones leoneses detrás de las cruces parroquiales en las procesiones o evitar poner flores y hojas verdes en la cima del pendón.
            Los colores más usuales son el carmesí, color del Reino de León, y el verde, que aparece mezclado con el carmesí en la mitad de los pendones que hoy se conservan y cuyo origen quizá pueda relacionarse con la Reconquista (el verde es el color del Islam); bandas de color verde que se agregan al pendón como premio por las batallas ganadas a los musulmanes. Los colores blanco, azul y morado son escasos. El asta, varal o vara suele ser de entre seis y nueve metros de altura.


 El pendón de Matilla de Arzón

            El pendón y pendonetas se dejaron de usar en Matilla de Arzón antes de 1920, almacenándose sus varales en el almacen de la iglesia de San Salvador.
            En el libro de fábrica (gastos) de la iglesia de San Salvador aparecen las siguientes anotaciones:
 -Pendón (1735). Se paga por la compostura del pendón 26,17
-Pendón . Cargo de 23 U I > . Ventitres mil ciento y setenta nr y portes por el pendon que se uso de Astorga, para ambas iglesias. Mas gastos del pendón = 2 U 380

            El porte del varal es de 6 metros por un diámetro mayor de 85 mm en su base y de 35 mm en su cúspide.


Varal del pendón de Matilla de Arzón con su base de asiento.

El pendón de la Vigen de la Vega

           La primera referencia que se ha encontrado en los libros de fábrica de la ermita de la Virgen de la Vega (Cimanes) data de 1665. En la relación de gastos de dicho año se incluye: “Adrezo. Cinco reales que pagué para adrezar el asta del pendón”. Transcurridos 37 años, el pendón que se hizo en 1692 se había vuelto demasiado viejo e inservible. Con el producto de la venta del trigo y la cebada procedentes de la renta de las tierras de la ermita en 1729 se confeccionó un pendón nuevo: “Damasco. 778 reales del damasco para el estandarte y componer las casullas de la ermita. Cordeles, seda y guarnición. 409 reales de los cordeles, fluecos y guarnición para el estandarte. Hechura. 116 reales de la hechura del estandarte y compostura de los ornamentos y gasto de los sastres”. Descontado el coste que pudiera suponer el damasco destinado a las casullas, el nuevo pendón rondaría los 1.200 reales.


Características constructivas de un pendón


Lagartos Pacho, Francisco Javier; Rivas Morán, Lorena (2012). «El pendón concejil leonés: un bien etnográfico a recuperar».

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